jueves, 2 de febrero de 2012

Alfonso Nieto sigue entre nosotros

Puede parecer una paradoja que haya elegido este título a la hora de glosar, en una primera reacción, el fallecimiento de Alfonso Nieto. No lo es porque su fecunda vida, exprimida hasta el último momento con una intensidad humana, académica y profesional fuera de lo común, ha dejado abundante rastro en tantas personas que lo conocimos y tratamos, especialmente en su querida Facultad de Comunicación. No se ha ido, pues, sino que ha decidido quedarse entre nosotros para que su ejemplo de vida siga espoleándonos a vivir con pasión nuestra tarea de investigadores y docentes en el amplio campo de la comunicación.

Recuerdo que hace casi tres años, cuando publiqué el libro sobre la historia de la Facultad en su 50º aniversario, don Alfonso se me enfadó al comprobar que, en el índice onomástico, él era quien más veces aparecía mencionado. Mi respuesta fue primero gestual: un encogerme de hombros acompañado luego de unas simples palabras que más o menos fueron “yo no tengo la culpa, la historia es la historia…”.

En efecto, Alfonso Nieto fue no sólo uno de los pilares de esta Facultad en sus inicios, después de asumir la dirección del entonces Instituto de Periodismo en diciembre de 1967, sino también uno de los principales artífices de la creación de las Facultades de Ciencias de la Información en España entre 1969 y 1972, es decir, la elevación oficial a rango universitario superior de dichos estudios.

Cada vez me produce más rechazo referirme al fallecimiento de personas ilustres como “una pérdida irreparable”. No sólo por un sentido cristiano de la vida, que nos hace ver que estamos en este mundo simplemente por algún tiempo, sino porque en el caso de vidas auténticamente logradas, el influjo de sus legados permanece. Y ese es el caso de don Alfonso, maestro para tantos de nosotros en el sentido clásico del término.

Tengo ante mi pantalla de ordenador la presentación en PowerPoint que había preparado con esmero para las clases con sus alumnos del Máster en Comunicación Política y Corporativa de este curso, y que finalmente no pudo dar al sobrevenirle la recaída final en su enfermedad. Se titulaba: “Comunicación Institucional e Intangibilidad. Reflexiones sobre su valoración”. Reflexionemos y valoremos justamente todo lo que él nos ha comunicado con su vida y con su obra. No le tenemos ya físicamente entre nosotros pero sí de esa forma intangible. El punto 1.1.B. de su primera diapositiva decía esquemáticamente: “Patrimonio intangible de comunicación”. ¡Qué gran definición para considerar lo que es ahora él para nosotros!

3 comentarios:

  1. Un inmenso privilegio haber sido alumno suyo sobretodo para los que como yo en aquellos años de Facultad pensábamos que Empresa Informativa era un oxymoron como pensamiento navarro o energía nuclear segura.
    Un inmenso abrazo a todos los que estabáis cerca de él.
    David Torres

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  2. Carlos, gran articulo. D Alfonso ha supuesto un verdadero referente en mi quehacer diario, como profesional y como persona, desde que tuve la suerte de tenerle como profesor - que clases tan magistrales! y luego durante la beca de la que disfrute en el Dpto de Empresa Informativa y que me dio la oportunidad de compartir momentos unicos en mi vida con D Alfonso. Como bien titulas, "sigue entre nosotros" y sin duda asi sera por siempre. Un fuerte abrazo

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  3. Todo un ejemplo a seguir. Extraordinario.

    Un abrazo

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